Muchas veces, los artistas o alumnos noveles, interesados en tomar clases de arte, me preguntan cómo funcionan los talleres de artes visuales. ¿Yo llego y que hago? ¿Por dónde empiezo? ¿Seré talentoso?, ¿ O genial? ¿Qué técnicas puedo desarrollar? ¿Cuál es la diferencia entre pintura, escultura, dibujo, fotografía? ¿Porqué se habla de técnicas combinadas? ¿Qué son las técnicas mixtas? Muchos interrogantes ante una actividad llena de expectativas y que sin duda despierta pasiones.
Por eso me pareció válido que quienes ya transitaron la experiencia cuenten un poco que les significó su paso por el taller. Muchos de ellos hoy son artistas que hacen exposiciones de arte, venden sus obras, tienen trayectorias más o menos reconocidas, y muchos de ellos en cambio encontraron en su contacto con el arte lo que me gusta entender como un lugar de gratificación. Un espacio donde poder dedicarse un rato por semana a disfrutar de la creatividad sin planteárselo como otra obligación más, solo voluntad de hacer y de conocer. A partir de ese planteo empiezan a pasar otras cosas, surgen, a veces capacidades dormidas durante tanto tiempo a fuerza de educación formal mal entendida. Vocaciones intensas o simplemente compensaciones ante trabajos demasiado exigentes.
¿Que diferencia encontramos en los talleres de arte en San Isidro, o Zona Norte de los talleres de arte en Buenos Aires? En este caso, yo hago clínicas de arte para artistas en su mayoría de Buenos Aires, pero consultan también de La Plata, Rosario, mar del Plata, etc. Dirigí la Escuela de Proyectos, de Buenos Aires desde 2010 en que la creé hasta el 2012 , cuando me fui para dedicarme más tiempo a este taller en San Isidro, donde las necesidades, las inquietudes de los artistas o alumnos son las mismas.
Estoy convencida que el arte es sanador, ya que es sanador poder poner fuera imágenes de aquello que nos perturba, pero también compartir intereses, el diálogo inteligente, vernos reflejados en un interlocutor válido y sentirnos capaces de decir aquello que no tiene palabras.
Cuando todo esto queda incorporado y forma parte indisoluble de nuestras vidas, cuando el ejercicio del arte nos cambia la mirada, incluso nos cambia la escala de valores es cuando aparece el Artista.
Laura Messing-2011