Tengo un poderoso antídoto y lo quiero compartir.
Un antídoto es un contraveneno de un tóxico determinado, es un medio con que se evita o previene un mal.
Me di cuenta que necesitaba un antídoto la primera vez que me asomé al mundo y sentí dolor y que ese dolor no cesaba fácilmente.
-«Debe haber algo que lo haga menguar»-pensé, y poco después llegó a mi corta vida un taller de cerámica que dirigía el profesor de literatura luego de las clases y que mi madre azarosamente me inscribió.
Fui feliz al conectarme con la materia, con su olor, con su textura, con sus miles de posibilidades. Pero lo más asombroso, el hallazgo más extraordinario fue que comenzó a accionarse un poderoso antídoto; un contraveneno que prendió rápidamente y me recorrió el organismo hasta llegar a lugares que ni yo misma conocía.
Un antídoto contra la soledad de existir, un antídoto contra el malestar fecundado por el vacío, una antídoto contra la frustraciói de desconocer el destino de lo que acontece, un antídoto sobre la angustia de saberse finito, un antídoto contra el dolor de las torpezas de los vínculos humanos.
Descubrir semejante elixir abre mi consciencia pero a la vez me llena de responsabilidad como humana, como ser vivo.
Mi contacto con el arte desde temprana edad y luego profundisándose con los años es mi antÌdoto; y hay momentos de desazón pero entrar en contacto, hacer chispa, encenderse con el antídoto, hace que se pongan en funcionamiento los motopropulsores internos, esta enorme palabra que quiere decir el conjunto de órganos que sirven para propulsar; esta hermosa máquina que impulsa a volar.
Todos los seres humanos tenemos posibilidades de crear nuestro antídoto, no es el mismo para todos, somos diferentes pero nos hermana tener necesidades similares; todos queremos amar y ser amados, realizarnos ser aceptados, comunicar y entender al prójimo; como también padecemos angustias y dolores similares.
Mi antídoto es darle vida a las imágenes que me inquietan a través del lenguaje visual, es investigar un color, una línea, es intentar resolver un cuadro, es contar un sueño a través de un lápiz, es pelearme con un pincel.
Un antídoto es un contraveneno de un tóxico determinado, de un veneno que nos mata de un golpe o muy lentamente, casi, sin darnos cuenta.
Carolina Grassi